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Cuando esta mecedora llegó al taller era una sombra de lo que había sido. Allá por los años 70 fue una confortable mecedora de color naranja donde los niños de Javier y María Jesús, jugaban, estudiaban y descansaban. Pero los niños crecieron, poco a poco fueron dejando la casa, unos se marcharon a la universidad otros a recorrer mundo, y se quedó sola, apartada en un cuarto vacío.
Un día y sin previo aviso, la abandonaron en un local que Javier y María Jesús tenían para alquilar. Fue el lugar de descanso de una peluquera muy habladora, de un arquitecto loco, de un tapicero taciturno… y se fue deteriorando.
Cuando Miguel fue al local que sería su nuevo estudio la encontró así, como la veis en la foto, del asiento no quedaba nada pero la madera estaba perfecta, así que me la trajo al taller. En cuanto llegó hizo muy buenas migas con unas riendas de esas que se utilizan en los rodeos para domar al animal (qué vida tan dura!), así que no quise separarlas y espero que de ahora en adelante estén siempre meciéndose juntas, galopando quiero decir.
En venta aquí: http://www.artesanum.com/artesania-mecedora_rodeo-168114.html