
Doctor Gravedad a ratos se siente muy solo, y es que, ya se sabe, ser un superhéroe es a veces una tarea solitaria y poco reconocida.
Tenía unas Matriuskas sobre su mesilla de noche y le gustaba hablar con ellas , contarles sus sueños, sus próximos objetivos, sus dudas y, por qué no, sus miedos (es un superhéroe, no un semidiós). Pero la conversación con ellas empezaba a ser un tanto aburrida, tenían muy poco en común. Él les contaba sus planes para acabar con las palomas y ellas le respondían con una receta de Pirozhki (su secreto era un chorrito de vodka). Él les hablaba de la soledad del poder y ellas hablaban de esas bonitas colchas que tejían. Reconozcámoslo: a Doctor Gravedad le traen sin cuidado las cocinitas y los bordados.
Así que un buen día se decidió a disfrazar a sus Matriuskas de sus superhéroes favoritos: Doctor Manhattan, El Comediante, Buho Nocturno II y Rorschach. ¡Ahora si que sí! Se pegan hasta altas horas de la noche hablando de sus cosas: cómo salvar al mundo, si tal o cual se lo tiene muy creído, si el fin justifica los medios… en fin, ¡cosas de superhéroes!