Será el frío o que tengo el día tonto pero sólo puedo pensar en una buena cama para echar una cabezadita y, no me digáis que no, esta es fabulosa.

Se trata de uno de los dormitorios del palacio Sagredo de Venecia, uno de los más bonitos que se conservan del siglo XVIII. Sus tallas de madera exquisitamente ejecutadas y los colores elegidos para la decoración, hacen que este dormitorio forme un conjunto fastuoso y alegre.

Hoy en día el Palacio Sagredo es un hotel pero mucho me temo que, aunque te lo puedas permitir, no podrás dormir en esta cama ya que forma parte del museo de su interior.